sábado, 22 de marzo de 2014

Gobierno y movimiento indígena celebran juntos el Mushuk Nina pese a sus diferencias


Los pueblos originarios de Ecuador celebraron el 21 de marzo el Mushuk Nina o inicio del nuevo año andino mediante una ceremonia patrocinada por el Gobierno en un céntrico parque de Quito. Con la presencia de diversas autoridades indígenas y estatales, la fiesta del Inicio del Nuevo Ciclo de Vida, que coincide con la llegada de la primavera en el hemisferio norte y del otoño en el hemisferio sur, rindió homenaje a Taita Inti -denominación utilizada por las comunidades quichuas para referirse al Sol-, que brilló por su ausencia durante prácticamente toda la celebración. A la espera de que se abriera un claro entre las densas nubes del cielo quiteño, los conductores del ancestral ritual cedieron la palabra a las autoridades políticas. Humberto Cholango, presidente de la mayor organización indígena del país, la CONAIE, compartió micrófono con el representante de la agencia gubernamental CODENPE, la embajadora aimara de Bolivia, Maribel Santamaría, y la esposa del recién elegido alcalde de Quito, el conservador Mauricio Rodas. Con su sombrero panamá y su eterna sonrisa visiblemente forzada, la nueva primera dama de la capital ecuatoriana puso la nota discordante en un acto que reunió a 15 nacionalidades y 18 pueblos indígenas del país. Tras los cantos a las imponentes cumbres andinas que flanquean la milenaria capital inca y los previsibles discursos institucionales, la ceremonía finalizó con el encendido del fuego sagrado que simboliza un nuevo comienzo.



Las aproximadamente dos horas que se prolongó el rito significaron un acercamiento efímero entre el Gobierno dirigido por Rafael Correa, ausente en el acto, y el movimiento indígena, cuyas relaciones se han deteriorado a pasos agigantados en los últimos años. Pese a que el Ejecutivo de Alianza País ha llevado a cabo algunas de las reivindicaciones históricas de la CONAIE -como la promulgación de una nueva Constitución que reconociera el carácetr plurinacional e intercultural del Estado o el cese de las privatizaciones de los sectores estratégicos de la economía ecuatoriana-, la apuesta de Correa por el extractivismo ha sellado la ruptura entre Carondelet y el movimiento de los pueblos orignarios. Los proyectos hidroeléctricos, mineros y petroleros, que son piedra angular del sempiterno discurso gubernamental del cambio de la matriz productiva, han alejado al Ejecutivo de los representantes indígenas. En particular, el reciente anuncio de la explotación de los yacimientos petrolíferos del Parque Nacional Yasuní, una de las áreas más biodiversas del mundo situada en plena Amazonía ecuatoriana, ha colmado el vaso del descontento indígena.

La CONAIE critica "la profundización de la política extractivista del actual régimen –que supera a los gobiernos neoliberales del pasado-". Según la organización indígena, esta actitud del Gobierno "ha dado lugar a sistemáticas violaciones de nuestros derechos fundamentales y ha generado una serie de conflictos socio ambientales en las comunidades indígenas de toda la región amazónica. La historia lo demuestra: hace 40 años se exterminó al pueblo Tetete con el inicio de la actividad petrolera en el nororiente ecuatoriano; en la actualidad se está exterminando a los pueblos Tagaeri y Taromenane en el auge de una supuesta revolución ciudadana".

Por su parte, Correa defiende su proyecto petrolero en el Yasuní asegurando que "se afectará menos del uno por mil" del territorio del parque nacional y permitirá que la economía ecuatoriana crezca a ritmos del 8%  anual en los próximos ejercicios.

El presidente ecuatoriano lanzó en 2007 la iniciativa Yasuní ITT, a través de la cual solicitó 3.600 millones de dólares a la comunidad internacional a cambio de mantener intacto el territorio amazónico. Dicha cantidad equivalía al 50% de lo que su gobierno estimaba que obtendría de la explotación del parque. En agosto de 2013, ante la falta de respaldo internacional, Correa dio por fracasado dicho plan y anunció "con profunda tristeza, pero también con absoluta responsabilidad con nuestro pueblo y nuestra historia" la inminente puesta en marcha del proyecyo de extracción del petróleo del Yasuní, lo que provocó un importante malestar tanto en el movimiento indígena como en el resto de sectores contestatarios del país. 

Todo apunta a que la unión mostrada durante la celebración del Mushuk Nina entre Gobierno e indígenas fue tan efímera como la aparición de Taita Inti durante la misma.

domingo, 16 de marzo de 2014

La lucha zapatista sigue viva veinte años después



La madrugada del 1 de enero de 2014 tuve la oportunidad de presenciar la celebración del XX aniversario del levantamiento del Ejército Zapatista de Liberación Nacional en el caracol de Oventic, en el estado de Chiapas, México. En una noche fría y húmeda, bajo una espesa cortina de niebla, las comunidades zapatistas festejaron los veinte años de lucha indígena contra el gobierno federal de México. Pese a que el enfrentamiento armado con el Ejército sólo se prolongó oficialmente durante los primeros doce días de 1994, el movimiento zapatista ha mantenido su estructura político-militar durante dos décadas para defender la autoproclamada autonomía de los pueblos mayas del sureste mexicano. Tras pedir una tregua a los insurgentes ante las grandes manifestaciones populares en todo el país en contra de la guerra en Chiapas, el gobierno federal firmó con el EZLN los Acuerdos de San Andrés en 1996. El incumplimiento de las promesas de reconocimiento de derechos de los pueblos indígenas por parte del gobierno llevó a los zapatistas a construir su modelo político al margen del Estado, levantando una estructura administrativa que materializara su ideal del buen gobierno. Democracia, libertad y justicia fueron y son todavía hoy las principales reivindicaciones del EZLN, que a treinta años de su fundación el 17 de noviembre de 1983 y a 20 del levantamiento armado que conmocionó al país y al mundo continúa llamando a la resistencia y a la rebeldía para “construir un mundo mejor donde quepan muchos mundos”.

En Oventic, la noche del 31 de diciembre de 2013 al 1 de enero de 2014, la Comandanta Hortencia del EZLN pronunció un emotivo discurso en el que repasó los largos años de lucha de los pueblos indígenas mayas de Chiapas. Este vídeo contiene el discurso íntegro acompañado de imágenes de la celebración.





A continuación, la transcripción completa del discurso de la Comandanta Hortencia:

"Compañeros, compañeras, bases de apoyo. Integrantes de los consejos autónomos. Autoridades locales y Juntas de Buen Gobierno. Compañeros, compañeras insurgentes y milicianos, donde quiera que se encuentren. Hermanos y hermanas, compañeros, compañeras nacionales e internacionales. Participantes y no participantes de nuestra escuelita zapatista que nos honran con su presencia. En todos los caracoles zapatistas se han concentrado nuestros pueblos para celebrar  el XX aniversario de nuestro levantamiento armado como Ejército Zapatista de Liberación Nacional.

Hoy, primero de Enero del 2014, estamos cumpliendo 20 años de estar en guerra en contra de un sistema social injusto. Representado por los tres niveles de malos gobiernos -municipal, estatal y federal-, que son fieles títeres del neoliberalismo, principal causante de las grandes injusticias que padecemos millones de seres humanos de nuestro país y en todos los países del mundo.

Los grandes neoliberales, que se consideran señores y dueños del mundo, ellos planean y deciden el destino de la humanidad. Por eso los malos gobernantes de nuestro país, ambiciosos de poder y de dinero, hacen todo lo posible por saquear y destruir la riqueza de nuestro país. Por entregar a manos extranjeras la vida y el destino de nuestra patria, privatizando los recursos naturales y todos los servicios sociales. Y por hacernos creer que apoya a los pueblos, pide más préstamos con sus amos y de esta manera aumenta más la deuda eterna de nuestro país. Y en cambio a esos que se dicen gobiernos se enriquecen más y más a costa del pueblo mexicano.

A  los pueblos indígenas de nuestro país hay que despojarlos de sus tierras y de sus recursos naturales, hay que desplazarlos de su pueblo de origen, hay que someterlos, hay que encarcelar o desaparecer a sus dirigentes. Y a los zapatistas hay que hacer todo lo posible por perseguirlos, por atacarlos en todos los aspectos, con el fin de debilitar y destruir su organización y su lucha por la construcción de su autonomía.

Por eso muchas de nuestras bases de apoyo han sufrido y sufren agresiones, despojos, desalojos, persecuciones, encarcelamientos y asesinato a través de los paramilitares, y de la gente afiliada a los diferentes partidos políticos respaldados por los tres niveles de malos gobiernos. Todos estos actos criminales que nos hacen los malos gobiernos hemos tenido que soportar durante 20 años. Es una verdadera guerra de exterminio. Por eso hay decenas de miles de soldados federales y policías que están ocupando nuestras tierras y territorios indígenas.

A pesar de tantas maldades y provocaciones también en estos 20 años hemos aprendido a sobrevivir, hemos aprendido a resistir de manera organizada y estamos aprendiendo a gobernarnos  de acuerdo a nuestras formas de pensar y de vivir. Nuestros trabajos en todos los niveles  estamos tratando de avanzar, de mejorar, de organizar y fortalecer entre todos, hombres, mujeres, niños, jóvenes y ancianos.

Hace 25 y 30 años éramos totalmente engañados, manipulados, sometidos, controlados y olvidados. Sumidos a la ignorancia y a la miseria. Pero hace 20 años, como estas fechas dijimos ya basta: hasta aquí hemos llegado, hasta aquí hemos aguantado y ya nunca más una patria sin nosotros. Y así nos dimos a conocer ante la nación y ante el mundo, que existimos y aquí estamos.

Hace 20 años no teníamos nada, ningún servicio de salud ni educación que sea del pueblo. Ningún pueblo puede nombrar su propia autoridad si no es reconocido o controlado por los partidos. Ningún pueblo puede destituir su autoridad, cuando no cumple con su deber y obligación, como cuando se vuelve manipulado y corrupto, porque está respaldado por los gobiernos oficiales, estatal y federal, es decir, no existía ningún nivel de autoridad que sea realmente al servicio del pueblo. Pero ahora nuestros pueblos cuentan con su gobierno autónomo, a nivel local, municipal y de zona. Bien o mal se haya hecho, pero es la decisión y voluntad del pueblo de elegir a su propia autoridad y quitar de su cargo cuando es necesario. Nuestros pueblos han empezado a vivir  y a gobernarse con sus propias formas de pensar y de entender como los hacían nuestros padres y abuelos. Es decir, hemos empezado a vivir la autonomía y la libertad según los y las zapatistas.

Esta construcción de nuestra autonomía es la práctica de la democracia, de la libertad, de igualdad y justicia. Sigue su marcha, y ya nadie la podrá detener. El conocimiento y las experiencias que muchos de nosotros estamos compartiendo con las nuevas generaciones de niños y jóvenes. Y estamos preparando a nuestros pueblos a resistir y a gobernarse.

En nuestros pueblos y zonas zapatistas ya no mandan los malos gobernantes, ya no controlan ni manipulan los partidos porque desde hace 20 años los botamos a la basura a todos los partidos políticos. Ahora son los mismos pueblos que piensan, analizan y deciden quién va a ser su autoridad y cómo quiere ser gobernado de acuerdo a sus propias formas y leyes autónomas.

Estamos tratando de mejorar nuestro sistema de salud, educación y nuestro sistema de gobierno autónomo. Estamos claro que todavía falta mucho por hacer, estamos seguros que nuestra lucha avanzará porque está basada en la verdadera democracia, libertad y justicia.

Para enriquecer y fortalecer nuestra resistencia, nuestra autonomía y nuestra lucha, nos encontramos los pueblos y zonas zapatistas para compartir nuestras ideas y nuestras experiencias. Así entre todos tratamos de mejorar nuestros trabajos y corregir nuestros errores. Para que nuestros hermanos y hermanas de nuestro país y del mundo conozcan y vean nuestros pequeños esfuerzos y humildes experiencias. Tratamos de compartir con ellos y ellas a través de la escuelita zapatista, donde nuestras bases de apoyo son las que hablan de su vida, de su historia, de su trabajo, de su resistencia y de su lucha.

Aunque sabemos que los tres niveles de malos gobiernos nunca dejarán de hacernos la guerra, como lo han demostrado durante veinte años. Porque a través de sus paramilitares y de sus seguidores afiliados en los diferentes partidos políticos han agredido, despojado, desalojado, provocado, amenazado y robado las pertenencias de nuestras bases de apoyo. Los malos gobiernos y su gente comprada están tratando de quitarnos las tierras que recuperamos en 1994, que estaban en manos de los finqueros, de los ganaderos y terratenientes que tanto mal les hicieron a nuestros padres y abuelos. Por defender sus derechos, sus tierras y sus vidas han sido encarcelados y asesinados varios de nuestros compañeros.

Compañeros y compañeras, la mejor forma de honrar la memoria de todos nuestros compañeros y compañeras caídos y caídas es comprometernos más en la lucha, es seguir el ejemplo de nuestros compañeros y compañeras, quienes nunca se vendieron, nunca se rindieron, nunca claudicaron hasta dar la vida por su pueblo.

Aunque esto significa entonces que los zapatistas tenemos que trabajar más, organizarnos más, realizar los trabajos en todos los aspectos, crear y organizar más trabajos colectivos. Ya no solo se trata de resistir, sino que tenemos que organizar la resistencia en todos los niveles. Sabemos que no es tarea fácil, pero es necesario, porque no vamos a esperar que alguien venga a luchar por nosotros. Sino que nosotros mismos tenemos que esforzarnos más para llevar a los hechos los trabajos que se necesitan para resistir y seguir adelante en la lucha mientras sigamos con vida.

Estamos claro que esos malos gobiernos seguirán gastando muchos millones de dólares para financiar la guerra, para seguir con los planes y programas de contrainsurgencia con el objetivo de destruir la organización y la resistencia de los pueblos zapatistas. Por eso cada sexenio de gobierno queda más endeudado nuestro estado y nuestro país, por financiar la guerra contra los pueblos indígenas y en contra de todos los sectores sociales que luchan por defender sus derechos y mejores condiciones de vida. Los malos gobiernos, los poderosos, los opresores y explotadores piensan que con esto se va a acabar la lucha zapatista. Piensan que toda la vida van a estar callados los pueblos que sufren la explotación y toda clase de injusticias. Pero se equivocan porque aquí estamos y aquí estaremos.

Hay miles de hombres, mujeres, niños, jóvenes y ancianos de todos los sectores, de todas las razas, de todas lenguas y culturas de los diferentes países del mundo que están dispuestos a luchar por construir un mundo mejor donde quepan muchos mundos, donde reine la libertad y la justicia que hoy reclama la humanidad.

Tenemos las mejores armas para combatir contra el mal, para luchar contra la muerte y construir la vida nueva para todos. Nuestras armas son la resistencia, la rebeldía, la verdad, la justicia y la razón, que está a nuestro lado.

Ahora es el tiempo de fortalecer y globalizar la resistencia y la rebeldía. Porque sabemos que esos mentirosos, ladrones y criminales que se dicen gobiernos nunca dejarán de atacarnos, nunca dejarán de perseguirnos, nunca dejarán de encarcelarnos. Y tratarán de acabarnos y borrarnos de la historia. Pero no podrán porque nuestra lucha tiene su causa justa: democracia, libertad y justicia.

Desde Oventic, Caracol II, Resistencia y Rebeldía por la Humanidad, Zona Altos de Chiapas, México, 1 de enero de 2014".