Existe un lugar en el mundo donde el cielo está muy cerca de la tierra. Una ciudad donde los truenos se escuchan como si una bomba cayera a pocos metros de tu casa. Una urbe en la que los rayos del sol abrasan tu piel como si atravesaras en infierno de Dante. Un espacio donde las montañas rasgan las nubes y se alzan por encima de ellas. Se trata de Quito, la capital de Ecuador. La perla andina enclavada entre volcanes nevados. Donde iglesias cubiertas de oro conviven con niños limpiabotas. En Quito, tan pronto el cielo es tan azul que quema los ojos, como cae una tormenta apocalíptica que inunda las calles de granizo. Una ciudad, en fin, donde si alargas mucho la mano puedes llegar a rozar las nubes.
Quito quita el sueño a cualquiera. Y no solo por el soroche.
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que buena y poética descripción de Quito! esta ciudad, de tantos contrastes, q enamora..
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