El pasado domingo la Policía Municipal de Madrid irrumpió en la Casa de Campo con el objetivo de identificar a un grupo de inmigrantes latinoamericanos que se habían reunido allí para comer y pasar su día de descanso. Edu León, fotoperiodista colaborador habitual de “Diagonal”, acudió al lugar con el objetivo de dejar constancia gráfica de la intervención policial. Sin embargo, apenas el fotógrafo se preparaba para realizar su trabajo, los agentes le requisaron la cámara para, más tarde, conducirlo a dependencias policiales como si de un delincuente se tratara. Encerrado durante dos noches en la Comisaría de Moncloa, junto a tres ecuatorianos detenidos también en la Casa de Campo, Edu León fue liberado ayer. No obstante, pesan sobre él los cargos de resistencia a la autoridad y amenazas. Este es el precio de ser un informador de verdad y no un simple lacayo como la infinita mayoría de periodistas hoy en día.
Dos días con sus noches en prisión, a la espera de comparecer ante un juez, sólo por intentar fotografiar una redada policial a ciudadanos extranjeros. Pero esta no es la primera vez que Edu León se mete en problemas. En lo que va de año han sido tres las veces que este fotógrafo ha sido detenido por las fuerzas de seguridad. Siempre por tratar de captar gráficamente las identificaciones masivas e indiscriminadas de inmigrantes en Madrid. Hechos como este ponen en duda la libertad de expresión en España, pese a que siempre se reitere la protección de nuestros derechos garantizados por la Santa Constiución.
Pues bien, la actuación de personas como Edu León deja entrever que ni nuestro sistema es tan democrático, ni las fuerzas del orden son tan escrupulosas en el cumplimiento de la ley. El “todo vale” sigue instalado en la mentalidad de los agentes policiales, que creen poder campar a sus anchas allá por donde pisan. Precisamente para impedir esto sirve la profesión periodística: para vigilar a aquellos que nos vigilan, para denunciar a aquellos que nos embaucan y para combatir a aquellos que nos adormecen.
Jaime
Fotografía: Edu León
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