“Grecia dio a luz a la democracia. Un sistema que en la actualidad ha sido secuestrado por una élite poderosa”. En estos términos se expresaba Costas Vaxevanis, el periodista que reveló los nombres de más de 2.000 presuntos defraudadores fiscales, horas después de ser detenido por la policía griega. Ahora, tras darse a conocer su absolución, Vaxevanis agradece a la prensa internacional su interés por un caso que, de no ser por su cobertura, habría sido “enterrado” por los medios de comunicación griegos. La persecución de un periodista independiente como Vaxevanis, incisivo a la hora de denunciar los excesos de la oligarquía helena, no es sino la punta de un iceberg que amenaza con aplastar la libertad de expresión en Grecia.
La espiral de acontecimientos alarmantes comenzó el 28 de octubre, con la detención de Vaxevanis tras la publicación de la conocida como ‘lista Lagarde’. Un día después, el 29 de octubre, dos presentadores de la televisión pública griega fueron despedidos tras criticar al ministro de Orden Público por un supuesto caso de tortura policial contra activistas políticos. Para rematar, el día 31 del mismo mes, otro periodista fue arrestado tras anunciar que publicaría documentos clasificados relacionados con el rescate griego realizado por la Troika (Comisión Europea, Banco Central Europeo y Fondo Monetario Internacional). A esta ‘semanis horribilis’ de la prensa se unen otros hechos como la detención de un ciudadano que tomaba fotos de la policía durante una manifestación en Corfú o la suspensión de una obra de teatro de temática gay por las presiones del partido neonazi Amanecer Dorado y la Iglesia Ortodoxa griega.
El caso de Costas Vaxevanis ha sido el de mayor repercusión. La revista ‘Hot Doc’, fundada y dirigida por el propio periodista, publicó el 27 de octubre una relación de 2.059 ciudadanos griegos poseedores de cuentas en el banco suizo HSBC. Entre ellos figuraban los nombres de varios políticos y empresarios de renombre. Lejos de investigar los posibles delitos de evasión fiscal cometidos por los aludidos, la justicia griega emitió una orden de arresto contra el periodista, acusado de revelar datos privados. Finalmente, tras un juicio ‘express’, Vaxevanis ha sido declarado inocente y puesto en libertad sin cargos. No obstante, las dudas sobre la capacidad del Estado heleno para combatir el fraude fiscal se han multiplicado. Además, el caso abierto contra el periodista supone un paso más en la serie de acciones que se vienen cometiendo contra él. Entre otras, Vaxevanis denuncia un intento de asesinato, así como falsas acusaciones de estar financiado por agencias de espionaje.
Apenas tres días después de la detención de Vaxevanis, otro periodista, Spiros Karatzaferis, era arrestado por la policía. Karatzaferis, hermano del líder del partido ultranacionalista LAOS, había anunciado en una tertulia televisiva su intención de hacer pública una serie de documentos secretos que ponían en evidencia el carácter fraudulento del rescate griego. Los papeles, conseguidos a través de Anonymous, incluían e-mails intercambiados entre el Gobierno de Atenas y funcionarios de la Troika. Fue arrestado antes de poder hacer efectivo su anuncio.
Así pues, la persecución judicial de periodistas se haya a la orden del día en Grecia. Un inestable Gobierno acuciado por el deterioro económico y las protestas callejeras responde con acciones policiales a los “excesos” de libertad de prensa cometidos por informadores incómodos. Ante ello, como remarca Vaxevanis, “la prensa internacional está jugando el mismo papel que jugó durante la dictadura (1967-74), cuando los griegos acudían a los medios extranjeros para saber lo que realmente ocurría en su país”.
En este vídeo subtitulado en inglés, Vaxevanis explica el por qué de su detención y la historia de la 'lista Lagarde'.
Despedidos por criticar a un ministro
Dos presentadores de la televisión pública griega, Costas Arvanitis y Marilena Katsimi, fueron relevados de forma fulminante el 29 de octubre tras hacerse eco de un caso de tortura policial publicado por el diario ‘The Guardian’, poniendo así en tela de juicio la actuación del ministro de Orden Púbico, Nikos Dendias. Los periodistas analizaron los supuestos abusos cometidos en una comisaría ateniense contra militantes anarquistas tras un choque con neonazis de Amanecer Dorado. Apenas una hora después de finalizar el programa, un directivo de la cadena comunicó a los periodistas que ya no volverían a presentar su espacio informativo por “violar la ética periodística”. La reacción de la plantilla tampoco se hizo esperar: se convocó una huelga de 24 horas exigiendo la readmisión de sus compañeros.
Esta es la versión original de mi artículo publicado en las ediciones impresa y digital del periódico Diagonal el 8 de noviembre de 2012.
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