miércoles, 8 de febrero de 2012

Tambores de guerra

La magnitud de la crisis económica, que azota sobre todo al sur de Europa, unida a la creciente desestabilización de Oriente Medio, no hacen presagiar tiempos de paz en el futuro inmediato. Mientras Grecia se consume en un mar de huelgas que ponen a prueba la capacidad represiva de su cuerpo policial, la ciudad siria de Homs se convierte en un infierno para los disidentes al gobierno de Bashar al-Assad. La crisis nuclear iraní, otro foco de conflicto.

Y es que siguen creciendo las tensiones entre Irán y el eje OTAN-Israel. Atentados contra científicos nucleares iraníes y amenazas de embargo a sus exportaciones de petróleo son las tácticas utilizadas por los países occidentales para ahogar a la república islámica. Irán sigue en sus trece, manteniendo sus legítimas aspiraciones a convertirse en una potencia atómica. Además, amenaza con cerrar el estrecho de Ormuz, por donde transita un tercio del petróleo mundial, en caso de que el embargo se materialice. Si Teherán lleva a cabo este plan el precio del crudo se dispararía. EE UU ya ha anunciado que, de producirse este escenario, utilizaría su fuerza militar para disuadir a Irán del bloqueo del estrecho. La V Flota estadounidense tiene su base en Bahréin, a pocos kilómetros de Ormuz y de las costas iraníes. Bahréin, por cierto, aquel pequeño país en el que la Primavera Árabe fue reprimida sin contemplaciones con la ayuda del ejército de Arabia Saudí. No obstante, Bahréin y Arabia Saudí, pese a ser gobernados por monarquías feudales anacrónicas y haber "contenido" por la fuerza a sus manifestantes pro democráticos, nunca han sido objeto de sanciones ni resoluciones condenatorias por parte del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.

El doble rasero del organismo con sede en Nueva York sí ha afectado, por contra, a Siria y a Libia. Tras legitimar el apoyo aéreo a los rebeldes anti-Gadaffi, y propiciar más tarde el derrocamiento y linchamiento del dictador libio, los miembros permanentes del Consejo de Seguridad no alineados con la OTAN (es decir, Rusia y China), no parecen estar por la labor de permitir lo mismo en Siria. A riesgo del sufrimiento de la parte del pueblo sirio levantada en armas contra Al-Assad, rusos y chinos se posicionan contra cualquier ataque militar en otro país de Oriente Medio o el Magreb. De hecho, en plena crisis diplómatica (son ya muchos los países occidentales que han roto relaciones con el gobierno sirio), el ministro de Exteriores ruso ha visitado Damasco para reforzar su oposición a cualquier intervención militar extranjera. La Liga Árabe, por su parte, sí se ha posicionado rotundamente en contra de la represión de Al-Assad. Además, la Liga mantiene una misión de observadores sobre el terreno para facilitar la pacificación del país.

A todo esto, Europa sigue convulsionada por los coletazos de una crisis que parece no acabar nunca. Alemania (con el apoyo simbólico de Francia) sigue imponiendo al resto de la Unión sus condiciones de austeridad. A riesgo de recrudecer los efectos negativos en las economías de la periferia (paro y recesión), Angela Merkel está dispuesta a llegar hasta el final en su escarmiento a los excesos vividos durante las vacas gordas. Alemania no quiere arrimar el hombro a los socios que más sufren. Pone al sur contra las cuerdas tratando de darle una lección moral. Mientras, la industria teutona se sigue beneficiando de un mercado común formado por 500 millones de consumidores. Ante la posible caída de su socio Sarkozy en las inminentes elecciones francesas, que daría al traste con esa dupla tan mediática que maneja los designios de Europa, Merkel ya se ha posicionado en favor de su más apreciado socio. "Merkozy" competirá en los comicios galos con François Hollande, que ya ha anunciado su disposición a revisar el último pacto comunitario que institucionaliza la austeridad fiscal y el sometimiento de la periferia. Como no podía ser de otra manera, este panorama propicia el creciente sentimiento anti-alemán. En Grecia, veíamos ayer cómo se quemaba una bandera germana junto a una del partido nazi. El paralelismo está servido. Si en los años treinta el intervencionismo alemán en el resto del continente se hacía a paso de tanques y marchas militares, en el siglo XXI se hace con tijeras y tratados europeos.

En fin, corren tiempos difíciles en el planeta Tierra. La inestabilidad y conflicto se expanden por doquier trayendo de vuelta los fantasmas de guerras pasadas. ¿Sabremos salir de ésta igual que lo hicimos anteriormente? Más nos vale inventar nuevas soluciones. De lo contrario, tarde o temprano volveremos al punto de partida.





Fuentes:

http://ecodiario.eleconomista.es/espana/noticias/3728777/02/12/iran-el-cierre-del-estrecho-de-ormuz-doblaria-el-precio-del-petroleo.html

http://internacional.elpais.com/internacional/2011/12/28/actualidad/1325088551_372016.html

http://www.prensa-latina.cu/index.php?option=com_content&task=view&id=475579&Itemid=1

http://feeds.univision.com/feeds/article/2012-02-08/sirios-deben-decidir-ellos-mismos-1

http://www.abc.es/agencias/noticia.asp?noticia=1096251

http://www.mdzol.com/mdz/nota/360791-el-duo-merkozy-en-la-mira-de-europa/

http://www.lemonde.fr/election-presidentielle-2012/article/2012/02/08/traite-europeen-comment-hollande-veut-renegocier_1640284_1471069.html



@jaimegsb

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